Buenos Aires es una de esas ciudades donde tenemos la
oportunidad de tener más de 300 obras teatrales en cartel. Y hoy sábado fui a
ver “El Gorro de Cascabeles” de Luigi Pirandello…
El día estaba fresco, pero lindo. No había amenazas de
tiempo lluvioso, y eso se notó en la calle corrientes. Justamente donde la obra
se presentaba.
El Teatro:
Teatro Columbia,
está sobre la calle corrientes 1537, apenas a 500 del obelisco, a 150 metros de
la estación de subte Uruguay de la línea B de subtes.
Cuenta básicamente con 80 butacas, un pasillo lateral. Para el ingreso al mismo,
tenemos una escalera, que nos lleva a la sala que se encuentra en un primer
subsuelo. No cuenta a la vista con medios accesibles para personas con
discapacidad.
No cuenta con un Bar o café. Como así tampoco de un lugar de
espera para la obra. Se utiliza la escalera que nos lleva a la sala para tal
fin. La comodidad de la sala es muy buena. Buenas butacas… cómodas.
Buen
sonido, tanto en lo que respecta para escuchar con total tranquilidad la obra
en cualquiera de los puntos en que nos encontremos para ver la misma, como la
de los sonidos/efectos que la obra proponga.
La Obra:
Luego de unos segundos de silencio, y con las luces apagadas
comienza la obra. Tres personajes nos van a poner al tanto de lo que está
sucediendo. Al principio nos va a costar de entender el conflicto. Lo nos puede
llegar a confundir hacia dónde va la cosa. Pero pasado unos minutos, la obra va
entrando en calor, hasta el punto en que entra en escena CIAMPA (Julio
Chiorazo), quien definitivamente nos pone en tema, y nos va a ir llevando en la
trama de la obra.
Tanto el Director Gastón Ares, como codirectora Marian
Rossi, han sabido muy bien como proponer el juego de los personajes, utilizando
el absurdo, la picardía como así también la astucia para contarnos esta
historia desopilante.
Como bien sabemos no vamos a contar la obra, ya que para eso
van a tener que Uds. Girar dos veces la llave que les abre la puerta y
enfrentarse Uds. mismos con su propio Fantoche.
Pero si le vamos a adelantar que en esta obra hay tres
cuerdas…. Y una de esas es la cuerda LOCA, que en nuestra realidad muchas veces
nos vemos tentados de tocar… y hacer sonar con nuestras verdades.
Agradecimientos:
Quiero agradecer especialmente a Marian Rossi, por la invitación, al Teatro Columbia por la
excelente atención recibida. Y como siempre al colectivero de la Línea 140 que me trajo de vuelta a mi
casa.
MUCHÍSIMAS GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSS !!!!
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