presenta
Duración:
65 minutos.
Facebook: El Silo. Compañía teatral
Reestreno: Viernes 17 de Marzo, 21 hrs.
Funciones: Viernes de Marzo, Abril y hasta el viernes 12 de Mayo a las 21 hrs.
Teatro Corrientes Azul. Av.
Corrientes 5965, CABA.
YARAD o la última enmienda es una obra teatral que
explora los vínculos y la relación con el poder entre los integrantes de una
familia, cuyo líder y padre es el creador de la religión que rige el pueblo
donde viven.
Esta obra nos permite indagar las pulsiones humanas,
las ambiciones, la manipulación por medio de la fe y hasta dónde el ser humano
es capaz de llegar por mantener una ilusión con tal de no profundizar y mirarse
desde una perspectiva crítica.
¿Qué pasa cuando la fe que nos sostiene se derrumba y
nos expone al vacío?
YARAD
o la última enmienda surge de la necesidad de
explorar las distintas miradas sobre temas universales, como son la muerte, el
amor, la familia, el poder, las creencias, y qué se produce en este encuentro
con el otro, en el marco de una creación e investigación teatral colectiva.
YARAD
o la última enmienda pone en escena una fusión de géneros, suspenso y melodrama con ritmos tendientes a lo latinoamericano para contar
una historia que no tiene más ambición que ilustrar las distintas aristas del
ser humano.
¿Cómo fue que surgió la idea de llevar esta obra a el
Teatro?
Surge en primera instancia como un deseo de investigar a
nivel colectivo, temáticas que fueran propiamente latinoamericanas. De ahí
surge como tema central la familia latinoamericana y el poder en Latinoamérica.
Encontrando en la religión un eje conductor para la construcción de la acción
dramática y posteriormente del guión. Partimos de la escena.
¿Llevo mucho tiempo el armado de la obra y como fue la
selección de los actores que la representan?
Estuvimos ensayando dos años, tiempo que nos era necesario
para hacer un trabajo consciente tanto de investigación como de puesta. Para la
selección de actores le dimos total prioridad a los valores humanos por encima
de cualquier búsqueda de talento. Somos un grupo de profesionales todos en lo
que hacemos, pero nos une el comprender el teatro desde un espacio que más allá
de lo artístico tiene un valor aún más grande como ente revolucionario dentro
de una sociedad que muchas veces se presenta de formas muy individualistas y
competitivas. En ese sentido buscamos personas afines a una filosofía de vida
integradora, colectiva y cooperativa. No nos manejamos con roles jerárquicos ni
de poder.
¿Qué cosa o que sensación has sentido cuando termino la
primera función?
Ante todo una satisfacción muy grande de haber llegado a un
resultado. Poder trabajar con un grupo numeroso, pudiendo pasar las
adversidades y seguir unidos por un deseo en común más allá de las dificultades
económicas que lleva el teatro independiente. Como director tenía muy claro
antes del estreno que habíamos generado una excelente obra, pero para los
actores que no tienen la mirada del todo, fue absolutamente prioritario sentir
el aplauso del público para terminar de generar una confianza en el material.
Sentí absoluto orgullo por el trabajo de los actores, de la producción y de lo
que logramos como grupo.
Básicamente y sin contarnos el final de la historia ¿Qué nos
cuenta la obra?
La obra toma como eje temático los roles de poder puestos
dentro de una familia disfuncional dentro de una cultura religiosa que domina
un pueblo. Estéticamente trabaja con el realismo mágico y tomando como base
actoral y narrativa las películas de Alex de la Iglesia. A través de un
presente y unos flash back se va conociendo las relaciones de los personajes
para comprender la situación límite que se da en el presente a través de la
muerte del personaje del ministro, quién es el que narrativamente reúne a todos
los personajes.
¿Cuál fue el mayor desafío, al momento de empezar a armar
las distintas partes de la obra?
El mayor desafío para mi es el vacío y la confianza en el
mismo. Es una elección partir de la investigación del espacio como primer
impulso y dejar que sea el mismo el que comience a manifestarse y a proponer una
narrativa. Esto es más complejo que partir de un texto predeterminado, es un
salto al vacío que necesita de un grupo formado, con la suficiente confianza y
convicción de que algo va a surgir. Dentro de esto, creo que el mayor desafío
esta en los actores, puesto que generan un acto de fe hacia el director,
confiando plenamente en su mirada dentro de una forma de trabajar en la que es
difícil comprender el todo, hasta que no se llega a un estreno. En ese sentido
los admiro y valoro su confianza.
¿contanos un poco como fue ese paso de la actuación a la
dirección?
Fue una necesidad de encontrar mi propia estética. En la
actuación encuentro disfrute, juego, entrega. En la dirección encuentro un
punto de vista estético y critico más concreto.
Me imagino que después de estos años arriba de un escenario
debe haber un tipo de obras teatrales que te gustan más que otras… ¿Cuáles son
tus preferidas para actuar y cuales para dirigir?
Siento un gran placer por actuar desde el clown y el trabajo
con máscaras expresivas. Curiosamente desde la dirección, los primeros juegos
de investigación parten desde este lugar, pero siempre termino en espacios muy
dramáticos, que me sorprenden como artista y ser humano. Es un devenir que no
controle, sino permito que sea. Pero siempre me sorprende que desde el cuerpo
encuentre el placer en espacios de comedia y desde la dirección el imaginario
sea más conflictivo, dramático y bizarro.
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