Entrevista a Florencia Laura Ghio
¿Cómo fue que surgió la idea de escribir Amor Ciego y Otros Cuentos?
Yo en mi adolescencia escribía muchos cuentos, luego en mi época
universitaria, por falta de tiempo, dejé de lado esta inquietud. Y hace algunos
años, la inspiración regresó de sus largas vacaciones, y escribí el cuento “Amor
Ciego”. A este, le siguieron otros. Pero en el medio, empecé a escribir la
novela “El Cuidadano”, que publiqué el año pasado, a la vez que comencé a
asistir a un taller literario en el cual para cumplir con ejercicios que me
imponía el mismo, fui escribiendo unos cuantos más. Un día los recopilé a
todos, incluso a un par de mi adolescencia, que sobrevivieron a mudanzas, y me
dije: son unos cuantos, podría hacer un libro con ellos, entonces me dediqué
pulirlos y así fue que surgió esta publicación, y lleva el nombre de aquel
cuento que yo siento que es simbólico porque me hizo volver al ruedo con la
escritura. A partir de ahí, ya no paré de escribir y espero no hacerlo nunca
porque me apasiona.
¿Te llevo mucho tiempo
el armado de la obra?
Es difícil contar el tiempo de manera lineal,
porque lo te dije, los cuentos fueron escritos en diferentes periodos
temporales, pero digamos que una vez hecho eso, me dediqué a pulirlos para la
publicación y ese proceso me llevó cerca de un año.
En este caso fue raro, con El Ciudadano que es una novela que escribí de manera correlativa, es fácil describirlo, fue casi como ver nacer a un hijo. Acá, si bien no lo viví tan así, me encantó ver todos mis cuentos juntos y cuando tenés el libro en tus manos siempre es una sensación indescriptible, es realmente muy gratificante.
Básicamente, y dentro de lo que se pueda contar, ¿de qué se tratan los cuentos?
Mi libro de cuentos tiene de todo como en botica, uno de cada género:
policial, fantástico, extraño, sátira, histórico, y hay varios realistas. Trabajo
varias escuelas literarias; naturalismo, romanticismo, simbolismo, etcétera, y
diversas técnicas como la incorporación de sub narradores en una historia, el
uso de diferentes tipos de diálogos, entre otras. Y el lector va a encontrar en
el libro temas muy variados tales como, la muerte, el amor, la belleza, la
discriminación, la locura, la prostitución,
y la justicia, por supuesto, que es una de mis principales inquietudes, está
presente en algunas historias. Si bien, en su mayoría, abordo temas profundos,
también hay algunos que están escritos con el mero fin de entretener al lector
de manera pasatista y amena, como para que
escape por un momento de tantas realidades, a veces crueles.
¿Cuál fue el mayor
desafío, con el que te enfrentaste al armar este libro?
Todo el proceso publicación fue un gran
desafío. En las novelas el escritor tiene al tiempo de su lado, porque cuenta
con muchas páginas para rellenar con la historia que quiere contar, obviamente
cuidando que todo lo que escriba contribuya necesariamente al argumento. En
definitiva, debe dominar el arte de la postergación, en cambio en el cuento, el
de la síntesis, en pocas páginas debemos condensar una historia. Cortázar, comparaba
al cuento y a la novela con una pelea de boxeo; en la segunda se gana por
puntos, en la primera por nocaut, y
tender a lograr eso, es, sin duda, unos de los grandes desafíos con los que se debe
enfrentar el escritor. Luego hay que resolver muchos otros problemas; el
vocablo de los personajes, el contexto histórico, entre otros, estos problemas,
que también existen en las novelas, en un libro de cuentos se multiplican
porque son muchas historias. Borges, dijo
creo que en una charla que dio en la Biblioteca Nacional, que él prefería que
sus cuentos transcurriesen en el año 1899 (el de su nacimiento) porque se
manejaba con más soltura, ¿Quién podía saber cómo se hablaba en un barrio
determinado en esa época? En cambio, cuando uno trabaja un periodo más cercano
al presente el lector se transforma en una suerte de inspector, y dice: ¡ah,
no! imposible que se usara tal o cual término en tal zona de Buenos Aires, por
ejemplo. Pero resulta que los temas sobre los que a mí me gusta escribir son,
en su mayoría, bien actuales, por lo cual, toca trabajar arduo sobre este
tópico además del contexto temporal y espacial.
¿Cómo está conformada
tú biblioteca? ¿Cuáles son tus autores predilectos?
Tengo muchos libros, principalmente de
literatura, desde ya, lo que incluye también a la poesía, que me encanta y ha
enriquecido muchísimo mi escritura, aunque también abundan los libros de
filosofía y por supuesto los de derecho.
Esas
obras literarias pertenecen tanto a autores clásicos como contemporáneos,
argentinos y extranjeros, conocidos y desconocidos, pero es muy raro que
encuentres un best seller en mi
biblioteca, en general les huyo, los encuentro muy comerciales, por lo menos,
lo actuales.
Mis autores
predilectos varían según la época, en mi adolescencia: fueron Borges, Cortázar,
Sábato, García Márquez, en la universidad, mi autor de cabecera fue Herman Hesse, ahora
no tengo ninguno, me gustan muchos, puedo mencionar a K. Hossimi, Irvin Yalom,
Marías, pero no soy de rendirle culto a un autor y leer absolutamente todo lo
que escribió, y me encanta descubrir nuevos escritores, los desconocidos te
pueden sorprender más que los famosos. Admiro profundamente a los autores que
logran, además de entretener, aportarle al lector una enseñanza sobre algo,
historia, filosofía, psicología, etc. Salís de ese libro con un saber, además
de haberla pasado bien, eso es para mí buena literatura, especialmente en
materia de novelas, donde el volumen de páginas te permite hacerlo.
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