Juan Manuel Muniagurria
¿Por
qué decidiste ser artista?
Lo
que si tengo claro es que si no fuese artista, sería científico o me dedicaría
a alguna rama de las Ciencias Sociales. Hay algo que me provoca profundamente
del arte y es su capacidad de cuestionar constantemente el mundo, analizar la
vida, al ser humano y al “por que” de las cosas. A veces tratar de encontrar
alguna respuesta y siempre abrir mas preguntas, un poco como las ciencias.
Tambien es una forma de crear puentes con las personas, cuando las palabras
pueden ser tan engañosas el teatro se apoya en algo mucho mas instintivo y
ancestral.
¿A qué edad nació esta pasión
por la actuación que tenés?
A los 10 años empecé a hacer
teatro en mi escuela primaria y a partir de ese momento quedé fascinado. Notaba
que las cosas que no podía o no me animaba a hacer bajo el escenario eran
permitidas y hasta estimuladas sobre él. A partir de ahí empezó a formar parte
de mi vida y aunque es una relación a veces complicada lo amo con locura.
¿Cuál es el nombre de la obra
en la que estas actuando en estos momentos?
“La gente como yo”, es una
obra escrita por el dramaturgo francés Hugo Feutray y dirigida por su
compatriota el actor y director Löic Lombard. Es una obra muy interesante
inspirada en el libro “Regreso a Reims” del sociólogo frances Didier Eribon. A
través de la historia de una familia se tratan temas muy profundos y
universales con los que todo el mundo puede sentirse identificado, como los mandatos
familiares y los prejuicios que pueden causar las diferencias sociales y las
orientaciones sexuales. Tambien habla de las identidades, y de la aceptación de
las raices y de uno mismo. El elenco es increiblemente talentoso al igual que
el director, el escritor y todo el resto del equipo, y de un nivel de humanidad
admirable.
¿Qué personaje te tocó hacer?
Julián Espinosa, un
reconocido sociólogo que vuelve despues de 20 años de ausencia a la casa de sus
padres, un día después del funeral de su padre con el que tenía una relación
muy complicada a causa de su homosexualidad. Es un personaje muy fuerte y muy
interesante de transitar, muy sufrido pero con mucha convicción, una convicción
que paga a un precio muy alto.
¿Tus padres te apoyaron en
este camino artístico?
Siempre. Mi madre es psicóloga
y mi padre diseñador de interiores. Los dos son artistas en potencia, amantes
del cine y la literatura. Ella con toda la expresividad, la pasión y el drama
de nuestras amadas raices italianas y él con la cultura, la curiosidad y el
orgullo de las familias aristocraticas españolas de la época de la colonia. Los
dos rompieron mandatos en sus familias y (aunque me dejaron algunos para que
rompa yo) siempre me transmitieron la idea de que nadie puede decidir por mí lo
que quiero hacer de mi vida. Ni ellos, ni la sociedad, ni nadie, solo yo. Y lo
que elija, hacerlo con amor y con todas mis fuerzas. Mis hermanos tambien son
Artistas, uno bailarin, la otra cantante.
¿Cómo fueron tus primeros
pasos?
Muy divertidos. Con la ingenuidad
de la niñez primero, con la omnipotencia de la adolescencia después y siempre con la libertad que dan los límites
del teatro. Hay algo muy fuerte en el ser humano: su capacidad para jugar y perder
paulatinamente ese juego con el paso de los años. Los actores no estamos
exentos de esto, las escuelas de teatro trabajan en gran parte en como recuperar
esa capacidad y disponer el cuerpo para recordar el juego y abrir los canales.
El cuerpo sabe, solo hay que oírlo y dejarlo hablar.
Me imagino que en todos estos
años debes tener mil anécdotas ¿Cuál es la que más recordas, que hoy nos puede
robar una sonrisa?
Estaba en Barcelona en un
ensayo para la miniserie “Carta a Eva” de TVE (Television Española) con Julieta
Cardinalli y el director Agustí Villaronga. Estabamos los tres y otra actriz a
la cual le veía cara muy familiar pero no sabía por qué. Estuvimos ensayando
unas dos horas y esta chica tan simpatica en un momento me dice: “yo no sé si
me sale bien el acento argentino, ¿vos que decís?” le salía perfecto por lo que
le respondo estupefacto “¿no sos argentina?”, “no, pero mi familia si, voy
todos los años, por eso lo tengo tan oído” y Julieta detrás me dice “¿Sabes
quien es el papá? Hector Alterio”. No lo podía creer, estaba trabajando en la
otra punta del mundo con una Alterio, de ahí la cara familiar.
¿Qué sentís cuando estás en
un escenario?
La vida magnificada, mi
cuerpo vibrando al maximo, yo viviendo al 100%. Como si eso fuera verdad y el
resto del mundo mentira. Hay un video con un texto recitado por Cristina
Banegas que circula por internet que para mi retrata claramente como me siento
en un escenario. Cada tanto lo vuelvo a oir para reafirmarme en los momentos
dificiles. Se llama “Axolotl”.
El teatro en Buenos Aires es
tan variopinto como sus escuelas. Es una ciudad teatralmente cosmopolita por
una razón muy clara, la gente hace teatro. Uno como actor lo tiene naturalizado
por que lo ha hecho toda la vida y presupone que solo un porcentaje muy
reducido estudia o hace teatro. Pero me dí cuenta de algo, en Buenos Aires es
casi tan normal y popular hacer teatro como hacer terapia. El otro dia por
ejemplo estaba en el subte y oigo una pareja de 60 años hablando de su hijo, cosas
familiares y organización de la casa, horarios, etc. Y ella le dice: “yo no sé
en que momento de la semana lo voy a hacer, el lunes y el viernes voy al gym,
el martes tengo la reunión, el miercoles teatro y el jueves análisis”. Es
maravilloso. En otra parte del mundo tendrían la misma condensación de
actividades solo que en vez de teatro hubiese ido cualquier otra cosa el
miercoles. Y el teatro lo que tiene de maravilloso es que asi como piensa el
mundo se piensa asi mismo dentro del mundo, por lo tanto cuanta más gente
tengamos haciendo teatro, más variantes de como se puede hacer y mas lenguajes
teatrales se crean. Por que es un organismo vivo, como esta ciudad. Yo me pongo
a leer sobre los maestros, las tecnicas y las formas de todas las escuelas de
actuación y me gustaria probarlas todas, pero no me alcanzaría la vida. Por que
para probarlas de verdad hay que transitarlas y darles su tiempo para que
decanten en uno.
¿Estudiaste en alguna escuela
de actuación?
Estudié en muchos lugares y
con muchos profesores diferentes pero si hay alguien con quien me siento muy
identificado (y agradecido) por su filosofía de trabajo y de vida artistica es
con Marcelo Savignone. Entreno actualmente con él en Belisario. No solo me
ayudó y me sirvió actoralmente sino que me aclaró en algo que venía sintiendo
interiormente y es la idea de que el teatro está por arriba de todo, de los
actores, de los directores, de los textos, del negocio, de la TV y del cine. Si
no hay teatro, no hay nada.
¿Crees que el arte escénico
es importante en nuestras vidas? ¿Por qué?
Totalmente, nos conecta con
algo ancestral que llevamos en nuestra memoria celular, el rito. Sobre todo lo
que es presencial, lo que no podés ver en una pantalla. Lo que te involucra
como elemento artistico por el simple hecho de comprar una entrada, sentarte en
una butaca y respirar el mismo aire que el artista. Cuando la idea es que cada
uno se quede seguro en su casa y no forme colectivos sociales, el teatro es un
hecho revolucionario y actuar es formar parte de la resistencia.
¿El nombre de esta página es
La Bitácora del Artista, como tal, qué es lo que guardarías en la Bitácora para
que otros visitantes vean?
La idea de que el arte que
uno hace TIENE que ser más fuerte e importante que uno mismo,
porque uno se va, pero el
arte cuando llega, llega para quedarse.
Como dijo Stanislavsky: “No
te ames a vos en el arte, amá el arte que hay en vos”.
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