“NO ME GUSTAN LAS OBRAS DE DANZA QUE SÓLO HABLAN DE DANZA”
Luciano Cejas,
Entrevista al Autor y Director de “Teoria de mi cuerpo
enamorado”
Reestreno: Saábado 10 de Febrero. 21HS. Teatro IFA
¿Cómo surgió la idea de hacer esta obra y llevarla al
Teatro?
Realmente
yo venía trabajando con mi primera compañía, que es la compañía de danza
contemporánea CDC-IFA, la cual está conformada por alumnos de mi instituto.
Después de 5 años de trabajo con esa compañía, en donde no sólo hacemos o
construimos obras sino también enseñamos a los integrantes a ser bailarines
profesionales; es una orientación sobre cómo uno debe pararse frente a un
ensayo, cuáles son las posturas que se pueden tomar frente al creador mientras éste
construye una obra. Esto fue lo que me disparó la posibilidad de crear una
compañía en donde sus integrantes tengan eso ya resuelto y adquirido. Bajo esta
premisa nació Vórtice Compañía de Danza Contemporánea.
Con ellos comencé a desarrollar un tema que hace un tiempo me atraía.
Trabajar sobre el amor y las distintas formas que éste se mueve por todo mi
cuerpo. El tema es mucho más conceptual, generó una investigación profunda sin
perder la poética ni la belleza. De esa investigación surge “Teoría de mi
cuerpo enamorado”, una creación que analiza como el amor mueve a mi cuerpo;
como una investigación en el campo de la ciencia los intérpretes se someten a
distintas pruebas para mostrarnos que está conformado el vínculo y cuál es su
naturaleza. Prueba tras prueba buscando la fórmula del amor.
¿En cuánto tiempo la armaste y como fue la selección de los
actores?
Tomamos audiciones para seleccionar diez bailarines con excelente nivel
técnico. Las audiciones fueron muy intensas, ya que se superó toda expectativa;
se presentaron muchos bailarines y esto hizo que el trabajo de encontrar a esas
personas fuera más difícil. Hicimos un primer filtro en donde miramos su
formación académica ya que buscamos gente formada específicamente en danza.

El proceso que nos llevó a
lograr que los intérpretes, que no habían trabajado nunca con mi material,
logren entender mi lenguaje fue extremadamente complejo. Poder lograr que el
trabajo esté sobre la sutileza, los recorridos que el movimiento tiene en el cuerpo,
ese proceso de investigación profunda del movimiento no solo costó, sino
también me requirió mucha investigación personal, en donde yo mismo me sentía a
prueba de lograr que ellos pudieran llevar acabo mi lenguaje.
En la obra hacemos una investigación de las piezas de Chopin muy
minuciosa, ya que toda la obra tiene distintas piezas de este compositor y
conseguir que el trabajo con lo musical sea también un móvil dentro de la
partitura coreográfica.
¿Qué sensación tuviste cuando terminó la primera función?
Realmente fue una sensación de profunda satisfacción, se lograron todos
los objetivos y la obra y los intérpretes se veían maravillosos. Eso por lo cual habíamos trabajado tanto y que
toda esa profunda investigación esté sobre el escenario ya era un logro en sí
mismo.
Tener una compañía propia y poder lograr construir un espacio para
intérpretes fue también un objetivo personal, ya que hace varios años me sentía
preparado para hacerlo.
La creación es muy personal, entender que el otro (espectador) pone
sobre lo que ve de cada momento su experiencia personal es hermoso y comenzar a
reescribir las distintas impresiones que tuvieron de los momentos que tiene la
obra fue una nueva forma de ver mi propia obra. Creo en una nueva mirada mucho
más profunda y esta nueva temporada nos enfrenta aún más a la profundidad,
estamos logrando que la creación sea cada vez más personal, más íntima, una
verdadera experiencia sobre el amor.
Cuál es el mensaje de la obra ?
La obra recorre dentro de un universo onírico distintos vínculos
amorosos que nos cuentan cómo estos intentan construir una relación estable.
Como científicos nos pusimos a investigar y probar, a construir una fórmula que
tenga como resultado el amor.
Probamos como el amor mueve el cuerpo, como este lo recorre, como
logramos colocar por fuera del cuerpo eso que sucede a escondidas, esas
sensaciones que sentimos en los procesos del amor.
Los procesos que sufrimos (no porque nos hagan doler) cuando pasamos
del enamoramiento hasta que eso se vuelve realmente amor. A donde nos lleva la
naturaleza del amor y todas las posibilidades de construir un vínculo que nos
mantengan y sostengan en el amor.
¿Cuál fue el mayor desafío, al momento de empezar a armar
las distintas partes de la obra?
Creo que el desafío estuvo en como lograr sostener el material
coreográfico sin peder la interpretación. Ya que este trabajo les pide a los
integrantes de la compañía un desafío técnico muy importante. Lograr que ese
lenguaje sea el que los lleve a construir un recorrido personal dentro de la
obra y cómo eso afecta la interpretación para así entender qué los conmueve de
la obra. Que la interpretación no sea algo por fuera de la danza, del
movimiento, sino eso que nace del movimiento, algo que se pueda leer en el
movimiento y sea más genuino a la hora de moverse. La obra por si sola te lleva
como intérprete a entender quien sos dentro de ella, cuál es tu función, como
engranaje cada uno tiene que ser específico dentro de ella.
No sólo esto sino lograr que los artistas tomen conciencia de cómo
trabajo en las obras, es muy complejo. Ver una creación en donde el intérprete
está viviendo cada segmento es hermoso, hace que el lenguaje coreográfico que
puede ser exterior comience a ser personal, hace que ellos puedan hacerlo
propio.
Realmente sentí la necesidad de comunicarme y la única forma era la
danza, lo que sabía hacer. Como mis comienzos en la danza contemporánea fueron
dentro de un taller coreográfico y con nuestra directora Cristina Prates
construíamos obras desde la improvisación, eso me llevo a que la creación esté
ligada a la improvisación y que la improvisación siempre esté presente en mi
vida. Ese paso fue muy necesario, todo eso que mi cuerpo crea para ser puesto
en algún lugar y usarlo para contar algo. Pensé en mí como coreógrafo mucho
después. Al pasar el tiempo era tanto lo que la danza me decía sobre mí en cada
improvisación que pensé en construir o buscar una forma que los demás puedan
comprender de donde viene mi movimiento. Creo que esos nuevos lugares lograron
que ese paso sea una transición muy sencilla.
Me imagino que después de estos años arriba de un escenario
debe haber un tipo de obras teatrales que te gustan más que otras… ¿Cuáles son
tus preferidas para actuar y cuales para dirigir?
Realmente me gusta cuando la danza trabaja profundamente sobre el
cuerpo, una investigación verdaderamente física. Cada vez más me conmueve el
cuerpo y que las obras de danza contemporánea puedan comunicar es importante;
que los coreógrafos puedan lograr trabajar sobre temas que ayuden a la sociedad
a entender. No me gustan las obras de danza que solo hablan de la danza. Creo
que al espectador no le interesa eso, sí a alguien que hace danza. Por eso mi
necesidad es que alguien que no hace danza venga a ver “Teoría de mi cuerpo
enamorado” y que la obra logre sensibilizarlo, desde ese lugar, desde la danza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario