La Bitácora del Artista: "Pobre mi Alma" de Guillermo Farisco. (Crítica)
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domingo, 5 de junio de 2016

"Pobre mi Alma" de Guillermo Farisco. (Crítica)





Suena mi teléfono, y cuando atiendo, una voz del otro lado se presenta… de por si lo notaba contento y emocionado. El motivo del llamado, era simple, una invitación al estreno de la Obra Teatral “Pobre mi Alma” de Guillermo Farisco. El que llamo… el actor de la obra… Andy. Eso puede explicar la alegría y la emoción. Después de una breve charla, acepte la invitación. Hacia un tiempo que no iba a un estreno de una obra teatral y me pareció que era la obra adecuada para ir a ver. Tal vez me atrapo el nombre o la zona en donde se encuentra el Teatro La Máscara (San Telmo).  El estreno era el día sábado a las 22 hs. Y yo recibía la visita de mi hijo adolecente. Que ni bien llego le pregunte si me acompañaba a ver una obra de teatro. Y acepto con gusto.


Los desafíos eran varios, que le guste el barrio de San Telmo… que le guste la obra…. Y que no este chateando con el celular el tiempo que dure la obra.
Luego de un placentero viaje en subte, con ciertas combinaciones, nos bajamos en la estación Independencia de la línea C (Obvio por tratarse un sábado a las 21hs.). Caminamos unas pocas cuadras por la Avenida Independencia hacia el bajo, llegamos a la calle Piedras. Ya desde ahí se veía la gente en la puerta para entrar al Teatro. Era una buena señal.
 


Cuando llegamos a la entrada nos encontramos 
con una sala con un Lobby pequeño, una 
cafetería a un costado. Y la boletería al fondo.











Podríamos decir, que la cafetería contaba con unas 5 banquetas para tomar un café en la barra. No cuenta con mesa y sillas para tomar un café mientras se espera para ver la obra.







El teatro cuenta con 167 asientos cómodos para ver una obra de 90 minutos. Pero el lobby es algo pequeño para esa cantidad de Asientos. Teniendo en cuenta que estamos en época otoñal, podríamos decir que, en caso de lluvia, el espacio no es todo lo cómodo que debería.





Cuenta con una cartelera donde exiben distintos folletos de obras teatrales. 
















La obra empezó en el horario acordado, pero para acceder a la sala se tiene que subir unas escaleras. Cortas, por la cantidad de escalones. Pero en el caso de contar con alguna discapacidad, no vi a simple vista, la manera de subir de una manera cómoda.





Cuando entré a la sala, me encontré con un panorama totalmente distinto. Una sala cómoda, agradable a la vista. Todas filas bien identificadas con número. Y por, sobre todo, independientemente de donde nos ubiquemos, siempre se va a ver y oír perfectamente.










Después de los avisos de rigor, que apaguemos los celulares (mi hijo lo acato al momento), las luces del teatro empezaron a bajar. Y sin que se llegue a apagar totalmente y ante mi sorpresa entra en escena “Momi”, personaje que encarna Marcela Fernández Señor, de una manera única y ejemplar. 





Como es la política de mi portal, no vamos a contar el final de la obra ósea ¿NO ME PREGUNTEN PELOTUDECES? (los que van a ver la obra van a entender por qué se los digo).

La obra es de genero melodramático, pero rosa lo absurdo con una gran mezcla de humor. Por momentos es casi un monologo de Momi (donde Marcela demuestra su gran capacidad actoral). Que podemos decir de Edi (Andrés Fraire), un personaje simple, solido e inteligente. Que en el momento que estuvo que estar solo en el escenario lo supo aprovechar muy bien.




En lo personal, como les conté fui con un adolecente a la obra, y en varias partes de la misma le robaron una carcajada. Lo que esto convierte a una pieza teatral totalmente recomendable para ver en familia. Seguramente en muchas partes de este melodrama se van a ver reflejados o se van a mirar o tocar diciendo…. Maaaaa… esa sos vos.









Cuando termino la obra, la gente de pie aplaudió con mucha energía. Y los actores muy emocionados agradecieron los aplausos que bien merecidos lo tenían.
El tiempo que duro la obra fue algo más de 70 minutos, nunca nos dimos cuenta del tiempo que había pasado.







Afuera el día estaba fresco y lloviznando. Pero valió la pena.
En las inmediaciones no hay un buen servicio gastronómico cerca. Por lo menos por la avenida Independencia hacia el bajo.

Quería agradecer la invitación al elenco de “Pobre mi Alma”, como así también al Teatro La Máscara, por la excelente atención recibida. Y como siempre al colectivero (de la Línea 93) que nos llevó de nuevo a casa






1 comentario:

  1. Gracias Gerardo por tu crítica tan original! Gracias por habernos acompañado y ayudarnos a difundir nuestro trabajo!

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