El hecho de ser artista en mi caso no lo decidí,
fue algo que inconscientemente siempre estaba a flor de piel. Las
expresiones artísticas abundan en mi vida, desde pasarme tardes
dibujando cuando era chicos hasta ya un poco más adolescente
empezando a escribir, algo que sigo haciendo hoy en día. Luego, al
terminar el secundario, tener dos años fallidos en el CBC y sentirme
entre la espada y la pared me anote en el IUNA. Sin ninguna clase previa
me arriesgue a hacer algo que me llamo la atención
durante mucho tiempo. Aconsejado por mí hermana, la cual es actriz,
logre pasar el filtro y arrancar mis estudios ahí sorprendido pensé que
si a alguien le había gustado lo que había hecho es porque tan errado no
estaba.
¿Cuál es el nombre de la obra en la que estas actuando en estos momentos?
Actualmente estoy por estrenar “Yvonne, princesa de
Borgoña”. El 6 de agosto en el teatro Del Artefacto, bajo la dirección
de Leo Di Napoli.
¿Qué personaje te toco hacer?
Mi personaje es Cirilo, uno de los amigos del
Príncipe. Al cual respeta y sigue en muchos de sus caprichos y
travesuras, intentando poner un poco prudencia a la situación. Aunque no
lo logre.
¿Cómo fueron los primeros pasos?
Con la actuación arranque a los 20, con trabajos de
la facultad los cuales de vez en cuando los sacábamos del aula para
mostrarlos a un público más amplio, así fue como un año ayudamos a
nuestros compañeros que resistían en la Sala Alberdi,
organizando la muestra de fin de año ahí. No pasaron muchos años hasta
las vueltas de la vida me llevó a conocer a mi gran amiga Tatiana
Cittadini, directora, bailarina y coreógrafa. Con la que hoy somos
“socios artísticos” hace ya más de cinco años y laburamos
juntos en casi 10 obras y proyectos distintos.
¿Con quién te hubiera gustado actuar?
Siempre tengo esa esperanza de poder actuar con Rodrigo de la Serna, un actor con facetas y laburos muy interesantes.
También, con mi hermana. Es una cuenta pendiente
que quisimos saldarla pero no se pudo concretar el proyecto, aunque esto
no quiere decir que en un futuro no nos volvamos a encontrar ensayando
algo nuevo.
La sensación de estar en el escenario es de
adrenalina, pura. Creo, a mi humilde opinión, que es comparable con la
sensación que deben sentir las aves al volar. Uno se siente cómodo pero
no se puede confiar, porque algún error puede hacernos
caer en picada y por eso es que uno elige volver una y otra vez el
escenario.
¿Crees que el arte escénico es importante en nuestras vidas? ¿Por qué?
Siempre. Siempre es bueno el poder expresar de
alguna forma las emociones o sensaciones internas. Y que mejor lugar que
este para hacerlo.
¿Qué les dirías a las personas a las que no le gusta actuar, cantar o ninguna actividad artística?
Que si algún día soñó con ser feliz en la vida, no
va a llegar a ese objetivo sin antes dejarse intervenir por alguna rama
artística.
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