presenta
Entrevista a Rosel Murillo Lechuga, directora de
Perdóname cuando me haya ido
¿Cómo fue que surgió
la idea de llevar esta obra a el Teatro?
Surge de mi entorno, de lo que vivo a mi alrededor. En el
momento en el que la escribí tenia varias personas a mi lado que me contaban su
problema con otra persona, y yo siempre les preguntaba si hablaban con ellos.
Sorprendentenmente la respuesta era no. Y ahí surgió esta obra. La necesidad de
contar la icapacidad del ser humano para comunicar sus emociones.
¿llevo mucho tiempo
el armado de la obra y como fue la selección de los actores que la representan?
Normalmente suelo escribir casi del tirón porque tengo claro
lo que quiero contar. Con esta obra el proceso de revisón fue más largo,
debatimos mucho sobre el tema con las actrices y de las conversaciones surgió
algun cambio.
La elección de las actrices fue fácil, ya las conocia por
otros trabajos y tenía ilusión por trabajar con ellas. Ha sido, y está siendo,
un placer poder compartir esto con ellas. Sabía que en esta ocasión tenía un
texto más complicado y necesitaba grandes actrices para defenderlo, y no me he
equivocado. Son dos grandes.
Durante la obra tengo muchas sensaciones y emociones, no
importa las veces que la haya ensayado, descubro en cada palabra cosas nuevas.
Me hace reflexionar después de tanto trabajo sobre la obra.
Básicamente y sin
contarnos el final de la historia ¿Qué nos cuenta la obra?
Sin cortarme, y sin filtros, te diré que cuenta lo
estupidos que podemos llegar a ser, las
veces que podemos llegar a quejarnos de algo sin ponerle remedio, cuando el
remedio solo es una palabra, perdón.
¿contanos un poco
como fue ese paso de la actuación a la dirección?
En verdad, no he dado ningún paso, queiro decir, que si me
hicieran una propuesta con un personaje interesante volvería a actuar. En los
ensayos no puedo estar quieta y me muevo mucho con los actores. Es el momento
que más disfruto, en la creación.
Pero bueno, si tengo que echarle la culpa a alguien ese es
mi mestro Xavier Castiñeira, mi profesor de interpretación que me dio la
oportunidad de trabajar como ayudante de dirección en mi primera obra escrita
por Ozkar Galán, RxJ una versión libre
de el clásico de Shakespeare. Ahí me picó el gusanillo, y hasta ahora.
Me imagino que
después de estos años arriba de un escenario debe haber un tipo de obras
teatrales que te gustan más que otras… ¿Cuáles son tus preferidas para actuar y
cuales para dirigir?
Para actuar me encantan las mujeres de carácter, Medea,
Antigona, Adela… Me gusta interpretar la pasión, quizás porque yo lo sea, no
sé. Y para escribir ando entre el drama y la tragedia. No me sale escribir otra
cosa. Me gusta tener la tarea de la escritura como la forma de desmenuzar a la
gente y contar sus sentimientos, sus miedos…
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