Sin dudarlo un momento, se introdujo en su interior, con la esperanza de haber despistado a tan terrible perseguidor.
Al ver donde se había metido su ansiada presa, el lobo le grito muy fuerte para que le escuchara, que si alguno de los sacerdotes del templo lo encontraban, iba a ser la próxima víctima ofrecida a los dioses.
- ¡Mucho mejor! – le gritó el cordero- me es mucho más grato pensar en honrar con mi cuerpo a un dios, que acabar mi corta existencia en el interior de tu boca.
MORALEJA
Si tienes que sacrificado en alguna ocasión, que sea con el mayor reconocimiento posible
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