Esta obra nació de la necesidad de generar un camino. Inbal (Compositora de la música),
Pablo (Escritor del libro) y yo, somos también actores y cantantes que hemos
buscado constantemente oportunidades en el medio, topándonos con que cada día son menos las
producciones en cartelera y que quienes obtienen los papeles en ellas, son casi
siempre las mismas personas, lo cual no critico ya que por algo están ahí, pero
estos factores hacen que las oportunidades sean bastante limitadas. Es por esto que decidimos crear un proyecto
donde no solo le diéramos la oportunidad a otras personas, sino a nosotros
mismos, creyendo firmemente en la autogestión y en la pasión que deriva de
hacer lo que uno ama. Por suerte
nuestras experiencias previas nos han servido de mucho, en mi caso tengo toda
mi vida trabajando en producciones teatrales de todo tipo, por lo que siento
que comprendo y respeto los requerimientos de un musical como el que decidimos
encarar.
¿Llevó mucho tiempo el armado de la obra? ¿Y cómo fue la selección de los actores que la representan?
Una vez tuvimos una primera versión del libreto y música,
decidimos convocar a audiciones. En primer lugar de músicos, ya que no es fácil
conseguir profesionales en el área que se sumen a un proyecto en cooperativa. Y
posteriormente de actores.
Nos llevamos una grata sorpresa en ambos casos, ya que
encontramos artistas sólidos y multifacéticos que se “pusieron la camiseta” de
inmediato y se enamoraron del proyecto.
En sí la obra se armó en cuatro meses, lo cual es poco para
un musical independiente, pero que fue posible gracias al compromiso y
profesionalismo de todos.
¿Qué cosa o que
sensación has sentido cuando termino la primera función?
Plenitud. Si bien estaba y estoy consciente de mil mejoras
para la obra y cosas que no han salido a la perfección, no hay nada más
maravilloso que ver atrás y darte cuenta de que has vivido un proceso extraordinario
y lo lograste. Cuando digo que lo logré,
no me refiero a la obra en sí, me refiero a superar miedos principalmente, ese
miedo que te dice que no se puede, que hacer un musical es muy difícil, que
perderás dinero, y que nunca lograrás la “aprobación del medio”. Saber que a pesar de todo, lograste ese
primer encuentro con el público, es estupendo, es sentirse pleno de poder hacer
lo que amas por encima de todo y saber que contigo hay más de treinta personas
siendo felices también.
Básicamente y sin
contarnos el final de la historia ¿Qué nos cuenta la obra?
La obra nos cuenta lo que somos como personas y como
sociedad. Somos seres llenos de ambición y de sueños que pueden destruirnos si
no los sabemos llevar. Habla de cómo siempre buscamos lo mismo, continuamente
de la misma manera y seguimos sin conseguirlo.
Hablar de política y de medios de comunicación no es nada
nuevo, es un tema más que cotidiano,
pero es ese precisamente el punto, nada cambia, nosotros no cambiamos y
por lo visto nada cambiará.
¿Cuál fue el mayor
desafío, al momento de empezar a armar las distintas partes de la obra?
El mayor desafío para mí fue lograr un balance entre una obra
más de texto y un musical. El grueso de la población está acostumbrado a
musicales donde destacan las coreografías, vestuarios y escenografías
impactantes; este no es uno de esos musicales.
Sombras de Libertad es un drama íntimo, doloroso y
minimalista, narrado con escenas que pueden tornarse densas y canciones de
lenguaje poético, pero que no deja de ser dinámico y visualmente atractivo. Tengo la fortuna de trabajar con personas en
las que confío y a las cuales admiro, que supieron entender todo lo que
buscaba. En cuanto a los actores, lograr interpretaciones creíbles dentro de
los códigos de cada personaje, fue esencial, y si bien todavía es un trabajo en
proceso, creo que hay un buen camino logrado.
¿Contanos un poco
como fue ese paso de la actuación a la dirección?
Siempre he estado más involucrado detrás de escena que
adelante, aunque amo actuar y cantar. Para mí fue un paso evidente porque
siendo fanático del teatro, y específicamente de los musicales, no hay mejor
forma de plasmar mi sentir y pensar que llevando la batuta de una producción.
Esta obra por ejemplo tiene mucho de mí, no solo de lo que busco decir a través
del texto y las canciones, sino de mi forma de trabajar y mis convicciones como
artista. Creo que haberme formado y actuado en musicales, me da algo
maravilloso, y es conocer lo que se siente hablar a través de la música. Cada
vez que escucho a los personajes de la obra cantar, siento que estoy en el
escenario, entregando mi alma a través de cada nota y palabra.
Me imagino que después
de estos años arriba de un escenario debe haber un tipo de obras teatrales que
te gustan más que otras… ¿Cuáles son tus preferidas para actuar y cuales para
dirigir?
Para actuar sin duda la comedia. A pesar de que amo los
dramas, me siento más cómodo enfrentando una comedia donde puedo en parte
burlarme de mis propias desgracias para hacer a los demás felices. Y por el contrario en la dirección, los
dramas íntimos como el que estoy llevando actualmente. Amo las obras con muchas capas, donde cada
palabra es un universo de posibilidades.
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